viernes, 10 de abril de 2009

DIÁLOGO CON EL ABUELO



--¿Por qué tienes el pelo tan blanco, abuelo?
--¿Tan blanco me lo ves?
--Sí. ¿Es que te lo pintas?
--En todo caso, me lo teñiría. hijo, pero has de saber que no lo he teñido yo...Quiero decir, la vida y los años me lo han pintado de este color.
--¡Qué cosas dices, abuelito! No sabía yo que la vida tuviese pinceles y lápices para pintar una cabeza. Mira este dibujo que he hecho en el colegio, pero allí lo hago con colores.
--No veo blanco por ningún sitio.
--Es que son colores alegres. Mira, aquí en la silla del caballo de la princesa, hay colorados, celestes… ¿A ti, cuál te gusta?
--Me gustan todos, pero deberías usar el blanco también; conseguirías más tonos, pues el blanco es luz pura. Atiéndeme bien. Dicen que cuando el pelo está blanco es porque la persona que lo lleva ha sufrido en la vida.
--Entonces, tú has sufrido mucho, ¿verdad?
--No preguntes. Estudia, sé feliz y procura hacer siempre el bien. A pesar de todo, puedes recibir algún revés.
--¿Un revés? ¿Sabes una cosa? Paquito me dijo antes de ayer, en el recreo, que me iba a dar eso precisamente, un revés.
--¿Eso te dijo? ¿Y qué le dijiste?
--Nada. abuelo. No sabía qué era un revés.
--Mira, Pepito. Un revés es lo mismo que un guantazo.
--¡Ah, un guantazo! Pues mañana me voy a poner los guantes para darle un buen revés a Paquito Se va a enterar.
--Ni se te ocurra; no estaría bien.
--Entonces, tampoco está bien el guantazo que me quiere dar Paquito.
--Efectivamente. Por eso mismo tú no debes hacerlo; nunca imites a nadie sin saber si lo que ha hecho es lo correcto.
--¿Y cómo sé eso?
--Siendo un buen chico; trabajador, educado y respetuoso con los mayores. Nosotros te lo iremos enseñando, y tú lo irás asimilando con el tiempo.
--Entonces, cuando se me ponga la cabeza como a ti, ¿verdad, abuelo?

A. Macías (Derechos de autor)